UN CUENTO “VIAJERO”
Hoy en el aula hemos creado un cuento entre los alumnos . Cada uno ha añadido un fragmento basándose en lo que ha ideado el compañero-a anterior. Usamos para distinguirlos diferentes colores.
El mejor regalo del Príncipe
Érase una vez un príncipe llamado Pablo que
vivía en un palacio de un país muy lejano. Pablo era alto, rubio y simpático.
Tenía un hermano que se llamaba David y una hermana muy pequeña llamada Paula.
Vivían muy felices en el día en que Pablo cumplía
18 años. Estaban en la fiesta divirtiéndose con sus amigos, cuando de repente
apareció una nube negra en el salón, de la cual salió una bruja, la malévola
Brujila.
Era muy fea con un grano rojo en la nariz. Tenía las
uñas largas pintadas de negro. Llevaba un vestido negro y un sombrero puntiagudo
que dejaba ver su pelo negro con mechas grises. También llevaba unas botas
rojas. Junto a ella también apareció su gato negro llamado Miau.
- ¡Ja, ja, ja, soy la bruja Brujila! – dijo.
El príncipe se asustó y sacó su espada y le
dijo:
- ¿Tú qué haces aquí? No te hemos invitado.
La bruja dijo:
- Por no haberme invitado convertiré a tu
hermano David en cerdo y a Paula en una rana, ja, ja, ja.
El
gato Miau movió la cola y los dos hermanos quedaron convertidos en animales. Al
instante Brujila y el gato Miau desaparecieron en una nube negra que se
deshizo. Todos los invitados estaban asustados y tristes. ¿Qué podemos hacer?
Fueron
a preguntarle a un sabio, que les dijo:
- ¡Buenas
tardes! ¿Qué queréis?
- Hola, queremos saber cómo deshacer el hechizo
de la bruja Brujila, que ha convertido a mis hermanos en cerdo y rana.
- Bien, tenéis que ir al castillo de la bruja
para coger la poción mágica. Solo alguien como el príncipe Pablo podrá
conseguirlo.
Y el
príncipe valeroso fue a coger la poción mágica al castillo de Brujila. Cuando
llegó se quedó con la boca abierta, pues el castillo era del color del sombrero
puntiagudo de Brujila, maléfico como la propia bruja. Cuando abrió la puerta, se
oyó un ruido que parecía como si se rayara una pizarra. Todo parecía una
película de terror.
El príncipe
Pablo vio un frasco que contenía un brebaje rojo y lo cogió. Al instante apareció
la bruja con sus risotadas, ja, ja, ja. Entonces él corrió y corrió pero el
camino estaba lleno de trampas: mazos, pinchos, trampillas, etc. Pisó el suelo
y salió un mazo directo a su cara pero él se agachó, y siguió corriendo hasta
salir del castillo con la poción en la mano.
Estaba escapándose cuando Brujila le lanzó un
hechizo, y se convirtió en tortuga. Menos mal que bebió un traguito del frasco
y se pasó el efecto del embrujo.
Se subió corriendo al caballo y dijo:
- ¡Nunca me atraparás!
El príncipe Pablo atravesó rápidamente el
bosque y llegó a su palacio, Entonces les acercó la poción a la rana que era
Paula y al cerdo que era David.
De repente, la poción roja empezó a echar burbujas.
Ellos bebieron poco a poco y sintieron que sus cuerpos se calentaban y
temblaban. Se produjo una metamorfosis y, ¡plaf!, recuperaron su forma natural.
- ¡Ay, por fin recupero mi forma verdadera! –
dijo David.
- ¡Gracias por salvarnos Pablo! Te queremos - grito
Paula de
alegría.
- ¡Vamos a celebrarlo! – exclamó Pablo.
Y se fueron a celebrar la fiesta
con sus amigos en el salón del palacio. Para el príncipe Pablo recuperar a sus queridos
hermanos era el mejor regalo del mundo por su cumpleaños. Gracias a él todos vivieron
felices y comieron perdices.
Y colorín colorado este
cuento se ha acabado.
Los alumnos de cuarto B: Fernanda
Lander
Liana
Jenifer María
Jenifer G.
Ian Carlos
Marlon
Andreea
Xyza
Brahian
Lewis
Alexander
Ónix